Por: Fermín Estrella Gutiérrez
Cuando las yeguas ya no den más potros,
ni crezcan más las cañas de tacuara,
cuando ningún talón sepa de espuelas,
ni de lujos en pihuelos y rodajas.
Cuando no se levante más el polvo,
de la caballería en una carga,
cuando ya nadie más entienda nada
de regatones, cujas y moharras.
Cuando ya se hayan ido para siempre,
los centauros jinetes de mi raza,
los que por diversión hacían la guerra,
los que por devoción hacían la patria.
los que a la luz del sol daban la vida,
y a la luz de la luna serenatas,
los de historias de amores y entreveros
¡Los de lanza y guitarra!
Cuando ya se hayan ido para siempre,
con la gloria chuceada en la tacuara,
y el último jinete se haya muerto
delirando con cargas y fanfarrias.
Yo sólo sé donde podré encontrarlos,
con sus corvos, sus pingos y sus lanzas,
yo sólo sé donde estarán entonces
¡Los de lanza y guitarra!
Los hallaré en el cielo de la gloria,
en el mundo infinito de las almas,
por que este mundo les quedó muy chico
para la más cortita de sus cargas.
Y allá estarán jinetes en el viento
usando los relámpagos por lanzas,
pechando nubarrones con sus fletes,
llevando las estrellas por rodajas.
Y haciendo trepidar al mismo cielo,
cargando eternamente hacia la nada,
allá estarán, cerca de dios, muy cerca,
¡Los de lanza y guitarra!